martes, 30 de noviembre de 2010

Valentías pagadas con nuestros impuestos

La última semana ha estado marcada por el posible contagio que puede sufrir España tras la caída de Irlanda.

ZP y Salgado no han tardado en hacer comentarios al respecto para intentar apaciguar los miedos.

La ministra Salgado declaró que este ataque no estaba siendo dirigido hacia España, sino que estaba dirigido al Euro. Realmente valiente, teniendo en cuenta que el diferencial con el bund Alemán estaba alcanzando los 250 puntos básicos mientras ella nos hablaba de ataques al Euro. Esta escalada del diferencial entre la deuda española y la alemana parece no tener fin, ya que hoy ha llegado a los 300 puntos. Muchos esperaban una reacción al ver que financiarnos iba a costarnos tan caro, pero la ministra decidió olvidarse de él. (¡A pesar de que esto va a costar mucho dinero del contribuyente!).

Nuestro presidente fue aún más atrevido, y se jacta públicamente que los inversores que apuesten en corto contra España, perderán. No en vano, el FT relata en su crónica: “José Luis Rodríguez Zapatero is either very brave or very foolish”. Es decir, o es muy valiente, o es muy tonto.

Y en las últimas horas no han parado los vaivenes del gobierno socialista. La ministra Salgado dice hoy que el gobierno no plantea ninguna medida más para calmar a los mercados, mientras nuestro presidente dijo en la reunión con los empresarios que aceleraría las reformas.¿A quién entonces tenemos que hacerle caso?

Y ya por último un breve comentario. El mismo Paul Krugman, ilustre defensor del socialismo, y partidario hasta la médula de cualquier política socialista, reconoce hoy en su artículo del New York Times que España padece un problema muy grave. Un problema que nuestra ministra parece no darle la importancia que merece.(Link: http://www.nytimes.com/2010/11/29/opinion/29krugman.html?_r=1&src=twt&twt=NytimesKrugman)

Es tiempo de reflexión. Tal vez la necesidad de cambio es algo básico para que los ciudadanos dejemos de pagar con nuestros impuestos los pecados de un gobierno que va a dos bandas, y da mensajes a los diferentes colectivos según le conviene. Un gobierno que inspira, ante todo, desconfianza.

Juzguen ustedes, y piensen si desean seguir teniendo un gobierno que se jacta de tener la razón siempre. El mismo gobierno que dijo que lo peor de la crisis había pasado, o el mismo gobierno que en primera instancia dijo que ¡La crisis no afectaría a España!

Tal vez el sentimiento de que nos merecemos un gobierno mejor ya ha empezado a florecer, y el resultado de las elecciones en Cataluña nos recuerda que lo que estamos diciendo no es tan descabellado.

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