lunes, 27 de septiembre de 2010

Huelga general.

Nos acercamos al día 29 de septiembre de 2010. Día de la huelga general.

Pero ahora me gustaría volver atrás. Era también un 29 de septiembre cuando Ludwing von Mises nacía. Ludwing destacó en su labor como economista y político. Unos están de acuerdo con lo que este autor, nacido en 1881, nos enseñó. Otros, no tanto. Lo que todo economista y persona aprecia es su definición del fallo del intervencionismo de la política en la sociedad. Definió el fallo como la incapacidad de la autoridad en conseguir los resultados que se propone. Sencillo pero brillante. Pero la definición no acaba aquí. Definió también el fallo como una medida que, a corto plazo, genera resultados, pero a largo plazo, exige medidas correctoras o una posterior intervención.

Volviendo al tema que nos preocupa ahora, UGT y CCOO han convocado la huelga general en el ciento veintinueve aniversario del nacimiento de Ludwing. Esta huelga está motivada por la reforma laboral del gobierno, que, según estos sindicatos, “lesiona los derechos de los trabajadores”. Por otra parte, damos por supuesto que el famoso “diálogo social”, por el cual el gobierno pretendía poner de acuerdo a empresarios y sindicatos, parece haber fracasado rotundamente. La reforma se ha realizado sin satisfacer mínimamente a ninguno de los dos colectivos.

Los sindicatos han decidido convocar una huelga. ¿Qué nos traerá la huelga? La huelga nos traerá pérdidas económicas millonarias para todos los españoles, y confrontará más a trabajadores y empresarios. ¿Acaso alguien cree que la huelga solucionará algún problema? Es el momento de trabajar duro, de luchar por reorganizar nuestro país y sentar las bases del que será el próximo ciclo económico. Ahora es el momento de las reformas. Reformas que nos traerán empleo a corto y largo plazo. No es el momento de quejas, no es el momento de crispar, ni es el momento de parar un país.

¿Por qué necesitamos reformas? Podríamos citar todos los problemas del mercado laboral español (asunto que los líderes sindicales parecen no tener en cuenta), pero simplemente podemos decir que necesitamos reformas porque uno de cada cinco españoles que quiere trabajar, no puede.

No entiendo que los que se consideran “defensores de los trabajadores” no peleen por reformas que garanticen futuras mejoras en las condiciones de trabajo y futuros avances en la reforma por un mercado laboral equilibrado, justo y competitivo. Una huelga no contribuye al equilibrio del país, ni es competitiva.

Señores, el Fondo Monetario Internacional nos ha advertido de que el mercado laboral no funciona bien. El último estudio sobre la competitividad ha puesto en evidencia nuestro mercado laboral, calificándolo como “altamente inflexible”. Y cientos de economistas piden una reforma laboral que garantice el trabajo a la inmensa mayoría de españoles. Y no sólo lo garantice a los que ya tienen un puesto de trabajo fijo, los cuales están protegidos por dignas indemnizaciones usualmente más altas que otros países avanzados.

El modelo europeo de “flexiseguridad” nos ha enseñado cómo se debe proteger al trabajador y no al puesto de trabajo. Sus datos lo avalan, avanzar hacia este sistema acercaría a empresarios y trabajadores, fomentaría el empleo, y equilibraría las injusticias del mercado laboral. No es justo que uno de cada dos jóvenes se encuentre en paro.

No alcanzo a entender por qué los sindicatos han querido crispar y sembrar la división en estos momentos con los vídeos titulados “Las mentiras de las crisis”, en los que ilustran a los empresarios como locos explotadores y vagos, que tratan muy mal a sus trabajadores y no se preocupan por ellos. No creo que esta sea la forma de hacer las cosas. No es momento de separar a empresarios y trabajadores, es momento de unirse para buscar una solución que beneficie a ambos. Esta solución SI existe, y puede estar cerca del modelo de “flexiseguridad”. Sin embargo, la propuesta del gobierno no avanza ni soluciona problemas ni a medio, ni a largo plazo.

En honor del citado Ludwing, se puede decir que el gobierno está cometiendo un fallo de Estado, ya que esta reforma laboral no va a ser capaz de conseguir reducir el nivel de desempleo hasta los niveles de la UE, y, aunque a corto plazo pudiera generar algunos resultados, esta medida requerirá una futura reforma que equilibre el mercado, nos haga competitivos, y proteja de verdad a los trabajadores. La definición de Ludwing se cumple a la perfección, es un auténtico fallo de Estado. Los datos históricos y presentes del mercado de trabajo español demuestran que se necesita una reforma profunda.

Sólo sueño con unas fuerzas sociales y un gobierno responsables, que nadie se resista a políticas que nos permitan avanzar hacia un sistema de “flexiseguridad”, que proteja al trabajador. No es momento de huelgas, es momento de propuestas. No es momento de reformas poco ambiciosas, es el momento de dar la posibilidad de trabajar a quien no puede. Es el momento de proteger y defender de verdad a los que levantan día a día la economía de España.


Pablo Zalba Bidegain
Diputado Navarro al Parlamento Europeo por el Partido Popular

martes, 7 de septiembre de 2010

Sobre la tregua de ETA


No doy importancia al comunicado de la banda terrorista y sanguinaria ETA. Lo que debe hacerse es seguir con la misma política antiterrorista, no negociar con ETA-BATASUNA y seguir conquistando espacios para la libertad de los demócratas en el País Vasco, en Navarra y en toda España.

Mi Partido, el PP, no va a decir nada distinto a lo que siempre ha dicho y exigido: que ETA se disuelva y desaparezca definitivamente, sin pedir nada por dejar de hacer lo que nunca debió haber hecho.

Me reitero en mi compromiso de dar voz en Europa a las víctimas del terrorismo etarra, en trabajar para que la BBC y otros medios de comunicación internacionales digan que ETA es una organización terrorista y no separatista, en que a nivel internacional haya más cooperación con la policía española frente al terrorismo, en luchar, incluso a nivel comunitario, para que ni ETA ni sus franquicias puedan volver a presentarse a ninguna elección, ni en España, ni en Francia.

Yo no suelo prestar atención a lo que dicen unos imbéciles y cobardes que van encapuchados, y esta vez tampoco le he prestado mayor atención. Ya tenemos excesivas malas experiencias con esta gentuza a lo largo de nuestra historia, como para hacerles caso una vez más.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

El fuero de Navarra

En Navarra ha ocurrido lo que en pocas comunidades autónomas con su Estatuto. En Cataluña, los partidos políticos se pusieron de acuerdo para aprobar su nuevo Estatuto, obviando y aislando al segundo partido de España, el Partido Popular. En Castilla-La Mancha, el PSOE retiró a última hora la propuesta de reforma de su Estatuto con excusas muy poco serias.
En la Comunidad Foral, aunque haya pasado desapercibido, se ha reformado el llamado Amejoramiento del Fuero navarro, que viene a hacer las veces de Estatuto de Autonomía navarro. Son pocas las materias que se pretenden reformar. Entre otras cosas, modificar el lenguaje del texto para que «no sea sexista»; incluir al Defensor del Pueblo navarro (lo que implica aumentar para siempre el gasto fijo y estructural de Navarra); o regular de forma más completa la participación de Navarra en Europa. Esta reforma limitada, reducida a poner algunos «parches», ha servido al menos para dejar al descubierto que algunos han dejado atrás viejas reivindicaciones históricas sobre la posible incorporación de Navarra al País Vasco, que prevé tanto el Amejoramiento como la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución, algo que hasta ahora era la razón de existir de alguna fuerza política, en concreto, de Unión del Pueblo Navarro (UPN). Parece que ahora a este partido ya no le importa que los vascos pudieran anexionar a los navarros, puesto que de lo contrario habría aprovechado para suscitar el debate sobre la modificación o supresión de la citada disposición y, sin embargo, no lo ha hecho.
La reforma ha sido consensuada por los gobiernos de Navarra y de España. En definitiva, sólo se ha pactado por dos partidos: UPN y PSOE. Aunque no sea el Amejoramiento navarro un Estatuto de Autonomía en sentido estricto, sí se puede afirmar que es la segunda vez en la historia constitucional de España, tras el Estatuto catalán, en la que no se cuenta con el Partido Popular para nada, ni tan siquiera para que pueda dar su humilde opinión acerca de la reforma de un texto de gran importancia para Navarra como éste.
La reforma debe ser sometida a la aprobación no sólo en el Parlamento foral de Navarra, sino también en las Cortes Generales. En el Congreso de los Diputados, los precursores de la reforma sólo cuentan con 170 diputados (169 del PSOE y 1 tan sólo de UPN) y no llegan a la mayoría absoluta de 176 votos que se requiere para su aprobación. Entiendo que PSOE y UPN son conscientes de que la reforma del Fuero navarro no va a contar con el apoyo de los nacionalismos vasco o catalán. Resultaría impensable, pues el nacionalismo vasco siempre ha anhelado que el Fuero de los navarros desaparezca.
Hubiera sido deseable por tanto haber contado desde el inicio de este proceso con el mayor consenso posible entre las fuerzas políticas constitucionalistas, como ya se hizo en su firma original en el año 1982 y en su posterior reforma.
UPN y PSOE, por el contrario, han preferido hacer las cosas a hurtadillas, con una actitud que, en mi opinión, roza el sectarismo, y que sólo ha servido para alimentar las críticas de los nacionalistas vascos en Navarra, que siempre han acusado al Fuero de una falta de legitimidad popular y social, porque no se sometió en su día a referéndum en Navarra. Una acusación, por cierto, completamente absurda, pues elección tras elección ha quedado más que demostrada la clara y firme voluntad de la inmensa mayoría de los navarros de considerarse, a través de su Fuero, navarros y españoles.
Alguno podía pensar que el cambio en la presidencia de UPN, cuando Miguel Sanz pasó el testigo a Yolanda Barcina, iba a cambiar las cosas y, sobre todo, su relación con el PP. Un año después, vemos que este partido regionalista sigue igual que antes, empecinado en aislar al PP en Navarra para satisfacer los intereses políticos del PSOE; no sólo en Navarra, sino también en el resto de España, donde UPN se ha convertido, día tras día, en el triste cooperador necesario de la errática política de Zapatero. A pesar de todo, cuando la reforma se someta al voto en las Cortes Generales, el PP actuará con altura de miras, posición constructiva e institucional y obrará por el exclusivo interés de los navarros y del resto de los españoles. Hay 153 diputados y 122 senadores del Partido Popular de toda España, cuyos votos son imprescindibles para cualquier reforma que se pretenda sacar adelante sobre el Fuero de Navarra y eso es así, aunque alguno insista en que no lo quiere ver.
Publicado en La Razón, 31 de agosto de 2010