miércoles, 12 de enero de 2011

Lo que pudo ser la visita del ministro Chino, y no fue

Dicen que hay trenes que sólo pasan una vez. Los coges, o pierdes la oportunidad de cogerlos para siempre.

El otro día el viceprimer ministro chino, Li Keqiang, llegaba a España con la intención de firmar acuerdos y dialogar con los españoles. Y bien, ¿Qué le faltó a este encuentro?

1. La balanza comercial entre España y China sigue siendo muy desfavorable. Está claro que a corto plazo es imposible cambiar esta tendencia, y que deberíamos mejorar nuestra competitividad para que nuestros productos fueran más atractivos para el mercado chino. Obviamente, si fuéramos más competitivos, nuestros productos tendrían acceso mejor de 1,500 millones de chinos, con las positivas consecuencias que tendría en nuestras tasas de empleo.

2. Lo que el Gobierno no nos dijo es que de los 5.600 millones de euros en acuerdos, 5.400 estaban firmados en octubre ya por la compra del 40% de Repsol en Brasil. Entonces, ¿Sólo conseguimos 200 millones? Vaya…

3. ZP dijo en Shangai: “Es el siglo de China”. Hay dos opciones, establecer lazos con ellos con los que ambos países podamos obtener beneficios, o quedarnos pasmados ante crecimientos de dos dígitos y esperar a ver como la balanza comercial sigue aumentando a su favor y en nuestra contra. Nuestro presidente parece que prefiere la segunda.

Pero no, nuestro Gobierno está encantado con que China compre deuda española abiertamente, decide abandonar sus ideales ¿obreros?, olvidarse de la balanza comercial, y saca todo su talante para ver cómo pasa un tren que no sabremos si volverá. Sólo sabemos que esta visita pudo marcar un paso adelante en la recuperación de España, y no lo marcó. Y también pudo abrir pacíficamente el diálogo por un acercamiento en los Derechos Humanos, pero tampoco lo abrió.

A todo esto, mientras China declaraba que compraría deuda, el diferencial con el bono alemán volvía a subir. Vaya…

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