Nos acercamos al día 29 de septiembre de 2010. Día de la huelga general.
Pero ahora me gustaría volver atrás. Era también un 29 de septiembre cuando Ludwing von Mises nacía. Ludwing destacó en su labor como economista y político. Unos están de acuerdo con lo que este autor, nacido en 1881, nos enseñó. Otros, no tanto. Lo que todo economista y persona aprecia es su definición del fallo del intervencionismo de la política en la sociedad. Definió el fallo como la incapacidad de la autoridad en conseguir los resultados que se propone. Sencillo pero brillante. Pero la definición no acaba aquí. Definió también el fallo como una medida que, a corto plazo, genera resultados, pero a largo plazo, exige medidas correctoras o una posterior intervención.
Volviendo al tema que nos preocupa ahora, UGT y CCOO han convocado la huelga general en el ciento veintinueve aniversario del nacimiento de Ludwing. Esta huelga está motivada por la reforma laboral del gobierno, que, según estos sindicatos, “lesiona los derechos de los trabajadores”. Por otra parte, damos por supuesto que el famoso “diálogo social”, por el cual el gobierno pretendía poner de acuerdo a empresarios y sindicatos, parece haber fracasado rotundamente. La reforma se ha realizado sin satisfacer mínimamente a ninguno de los dos colectivos.
Los sindicatos han decidido convocar una huelga. ¿Qué nos traerá la huelga? La huelga nos traerá pérdidas económicas millonarias para todos los españoles, y confrontará más a trabajadores y empresarios. ¿Acaso alguien cree que la huelga solucionará algún problema? Es el momento de trabajar duro, de luchar por reorganizar nuestro país y sentar las bases del que será el próximo ciclo económico. Ahora es el momento de las reformas. Reformas que nos traerán empleo a corto y largo plazo. No es el momento de quejas, no es el momento de crispar, ni es el momento de parar un país.
Pero ahora me gustaría volver atrás. Era también un 29 de septiembre cuando Ludwing von Mises nacía. Ludwing destacó en su labor como economista y político. Unos están de acuerdo con lo que este autor, nacido en 1881, nos enseñó. Otros, no tanto. Lo que todo economista y persona aprecia es su definición del fallo del intervencionismo de la política en la sociedad. Definió el fallo como la incapacidad de la autoridad en conseguir los resultados que se propone. Sencillo pero brillante. Pero la definición no acaba aquí. Definió también el fallo como una medida que, a corto plazo, genera resultados, pero a largo plazo, exige medidas correctoras o una posterior intervención.
Volviendo al tema que nos preocupa ahora, UGT y CCOO han convocado la huelga general en el ciento veintinueve aniversario del nacimiento de Ludwing. Esta huelga está motivada por la reforma laboral del gobierno, que, según estos sindicatos, “lesiona los derechos de los trabajadores”. Por otra parte, damos por supuesto que el famoso “diálogo social”, por el cual el gobierno pretendía poner de acuerdo a empresarios y sindicatos, parece haber fracasado rotundamente. La reforma se ha realizado sin satisfacer mínimamente a ninguno de los dos colectivos.
Los sindicatos han decidido convocar una huelga. ¿Qué nos traerá la huelga? La huelga nos traerá pérdidas económicas millonarias para todos los españoles, y confrontará más a trabajadores y empresarios. ¿Acaso alguien cree que la huelga solucionará algún problema? Es el momento de trabajar duro, de luchar por reorganizar nuestro país y sentar las bases del que será el próximo ciclo económico. Ahora es el momento de las reformas. Reformas que nos traerán empleo a corto y largo plazo. No es el momento de quejas, no es el momento de crispar, ni es el momento de parar un país.
¿Por qué necesitamos reformas? Podríamos citar todos los problemas del mercado laboral español (asunto que los líderes sindicales parecen no tener en cuenta), pero simplemente podemos decir que necesitamos reformas porque uno de cada cinco españoles que quiere trabajar, no puede.
No entiendo que los que se consideran “defensores de los trabajadores” no peleen por reformas que garanticen futuras mejoras en las condiciones de trabajo y futuros avances en la reforma por un mercado laboral equilibrado, justo y competitivo. Una huelga no contribuye al equilibrio del país, ni es competitiva.
Señores, el Fondo Monetario Internacional nos ha advertido de que el mercado laboral no funciona bien. El último estudio sobre la competitividad ha puesto en evidencia nuestro mercado laboral, calificándolo como “altamente inflexible”. Y cientos de economistas piden una reforma laboral que garantice el trabajo a la inmensa mayoría de españoles. Y no sólo lo garantice a los que ya tienen un puesto de trabajo fijo, los cuales están protegidos por dignas indemnizaciones usualmente más altas que otros países avanzados.
El modelo europeo de “flexiseguridad” nos ha enseñado cómo se debe proteger al trabajador y no al puesto de trabajo. Sus datos lo avalan, avanzar hacia este sistema acercaría a empresarios y trabajadores, fomentaría el empleo, y equilibraría las injusticias del mercado laboral. No es justo que uno de cada dos jóvenes se encuentre en paro.
No alcanzo a entender por qué los sindicatos han querido crispar y sembrar la división en estos momentos con los vídeos titulados “Las mentiras de las crisis”, en los que ilustran a los empresarios como locos explotadores y vagos, que tratan muy mal a sus trabajadores y no se preocupan por ellos. No creo que esta sea la forma de hacer las cosas. No es momento de separar a empresarios y trabajadores, es momento de unirse para buscar una solución que beneficie a ambos. Esta solución SI existe, y puede estar cerca del modelo de “flexiseguridad”. Sin embargo, la propuesta del gobierno no avanza ni soluciona problemas ni a medio, ni a largo plazo.
En honor del citado Ludwing, se puede decir que el gobierno está cometiendo un fallo de Estado, ya que esta reforma laboral no va a ser capaz de conseguir reducir el nivel de desempleo hasta los niveles de la UE, y, aunque a corto plazo pudiera generar algunos resultados, esta medida requerirá una futura reforma que equilibre el mercado, nos haga competitivos, y proteja de verdad a los trabajadores. La definición de Ludwing se cumple a la perfección, es un auténtico fallo de Estado. Los datos históricos y presentes del mercado de trabajo español demuestran que se necesita una reforma profunda.
Sólo sueño con unas fuerzas sociales y un gobierno responsables, que nadie se resista a políticas que nos permitan avanzar hacia un sistema de “flexiseguridad”, que proteja al trabajador. No es momento de huelgas, es momento de propuestas. No es momento de reformas poco ambiciosas, es el momento de dar la posibilidad de trabajar a quien no puede. Es el momento de proteger y defender de verdad a los que levantan día a día la economía de España.
Pablo Zalba Bidegain
Diputado Navarro al Parlamento Europeo por el Partido Popular