Mi pertenencia al Partido Popular

En pocas ocasiones he manifestado expresamente por qué milito en el Partido en el que milito, el Partido Popular de Navarra, de España y de Europa: el Partido Popular, el PP. Me explico.

Los partidos políticos son ante todo un medio, nunca un fin. Son un medio para intentar trabajar por el bien común, y entiendo que el PP ha demostrado que en la etapa de su gobierno de 1996 a 2004 trabajó por el interés y beneficio de los españoles y de forma incansable además, dejando una herencia inigualable, que sus sucesores ni mejoraron ni mantuvieron, sino que dilapidaron.

Como joven que puedo decir, sin ser presuntuoso, que he recorrido cierto mundo, por razón de mis trabajos anteriores y por razón de mi labor actual en el Parlamento Europeo, necesito, sí o sí y de forma irremediable, que el Partido en el que milite tenga presencia en todos los ámbitos de decisión que me rodean: en mi pueblo o ciudad, en mi querida región Navarra, pero por supuesto, en España y en Europa, que es en ésta última donde se regula el 70% de las decisiones que afectan nuestra vida diaria y cotidiana. Es más, me preocupa el mundo en el que vivo, y para mejorarlo día a día, la “Internacional Demócrata de Centro” que integra al PP español, puede ser una verdadera ayuda también.

Nunca podría estar en un Partido que renuncie a Europa, ni en un Partido que no aspire a gobernar o cogobernar España, conformándose con ser una mera fuerza testimonial en las Cortes. Quiero un Partido que sea fuerza decisiva y decisoria, que lidere la gobernabilidad de Pamplona y de Navarra en el cercano 2011, pero que también en 2012, a lo más tardar, gobierne España, y al mismo tiempo siga siendo la fuerza parlamentaria mayoritaria en el Parlamento Europeo.

Entiendo que es bueno adelantarse a los tiempos y a los acontecimientos. No se nos puede escapar que cada día el mundo está más globalizado, y debemos estar protegidos por fuerzas políticas con presencia en todos los ámbitos de decisión que nos afectan, para evitar así correr el riesgo de poder quedar ensimismados y sometidos al riesgo de estar aislados, si no contamos con la protección de una fuerza política que nos represente y nos defienda en todo momento y lugar.